No es suficiente tener un buen equipo para celebrar victorias, lo hemos visto en el deporte, en las empresas y en la administración. Dirigir es un arte, que se puede aprender.
Dirigir va mas allá de dar indicaciones, de asignar puestos y cargos y esperar que los resultados aparezcan. Dirigir es una habilidad que ciertas personas disponen y que ponen en práctica cada día en sus proyectos.
Dirigir no es aprender una lección y explicarla. Dirigir es comunicar, implicar y hacer partícipe al resto de personas para conseguir un objetivo o beneficio común. Dirigir es aprovechar el talento de cada persona del equipo, maximizando los recursos para ser eficiente. Dirigir es una aprendizaje continuo.
Dirigir es aunar esfuerzos, escuchar, saber dar y entregarse a una causa, a un compromiso en el que los partícipes sean conocedores del reto, de los pasos y de sus consecuencias.
Dirigir es tener la confianza del equipo, sin ello podemos dar instrucciones que también están en un manual, en un video. Dirigir es transmitir las ganas de victoria, en la que cada elemento del equipo vea su aportación y forme parte de la victoria.
Dirigir es ser coherente consigo mismo y con los demás. Tener sentido común y no fallar en lo básico, tener muy claro los valores.
Dirigir es tomar decisiones y la más importante es buscar un sustituto cuando las condiciones sobrepasen las capacidades propias. Dirigir no es dar bandazos, en todo caso es rectificar para ser más fuertes y mejorar.
Saber ceder la Dirección es la mejor decisión que se puede tomar, cediendo el relevo a personas mas capacitadas, con mas experiencia , o con mayor ganas de victoria e ilusión.
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