Ayer, en una final de Startups, jóvenes estudiantes (de ingeniería, de economía, legal, social, marketing) con grandes ideas, proyectos e ilusiones, uno de los jueces apuntó que al margen de la idea, el objetivo, valor añadido, innovación, etc. del concepto de la Startup, valoraban muchísimo el equipo.
Como no puede ser de otra manera, las personas somos las que formamos las organizaciones, grandes y pequeñas, quienes ponemos todo nuestro conocimiento, empeño y actitud en desarrollar la actividad de la mejor manera, pero somos las personas las que hacemos organizaciones diferentes.
Una idea, sin un equipo es eso, una «idea».
Pues bien, esa idea en manos de personas con actitud, puede llegar a ser un proyecto interesante, rentable y un proyecto empresarial envidiable para muchos.
Cuando tengamos una idea, compartámosla, mostrémosla, no seamos esclavos de nuestra propia idea, nadie nos la va a quitar, la idea es nuestra. Esta idea compartida seguro que surgen nuevas y mejores oportunidades para desarrollarla y que vea la luz.
No es la idea, es el equipo el que la hace diferente, el que la hace realidad, el que hace que se cumplan sus sueños. Una idea sola no va a ninguna parte, una idea evolucionada y con un equipo ilusionado será un proyecto en el que brillarán todos sus componentes. Sé el indio que haga enamorar a todos de tu flecha.

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