En entornos de incertidumbre y complejidad como los actuales, el éxito, en algunas ocasiones depende de la capacidad de reacción en la toma de decisiones.
El tamaño, entendido como empresa grande, y que ha venido siendo un factor clave en la confianza de clientes, socios y empleados, ha pasado a ocupar un segundo término.
En los momentos actuales se valora mucho más la agilidad para abordar nuevos retos, ser innovador y en consecuencia saber adaptarse al nuevo entorno, que el volumen en si de cualquier organización.
El pez grande ya no se come al pequeño, es el ágil el que domina el mercado.
Solo sobreviven aquellas empresas que tienen esta capacidad de entender los nuevos hábitos de clientes, usuarios y consumidores y son capaces de reaccionar rápidamente ofreciendo productos y servicios capaces de satisfacer las nuevas necesidades.
Deja una respuesta