Las empresas, indistintamente de su tamaño y presencia, están dirigidas por personas que son las que en definitiva forman la cultura empresarial y que comparten sus valores al resto de la organización.
Una empresa puede estar comprometida, por ejemplo con el Medio Ambiente, si lo están sus personas, sus líderes y su equipo. De nada sirve que se invierta cientos o miles de euros en publicidad si las personas integrantes de la organización no están alineadas con éste (o éstos) valores y por ejemplo no reciclan. Pero hoy no vamos a hablar de reciclaje ni de Medio Ambiente, sino de liderazgo y su compromiso en las personas.
A pesar de que cada día son más las empresas que difunden sus valores en la organización y más aún las personas implicadas o comprometidas con dichos valores, existen todavía personas que no los tienen en cuenta, que no va con ellos o al menos eso creen.
El compromiso en las personas, es algo natural y tiene que ver con la educación recibida (familia), escuela (formación) y entorno (sociedad) entre otros, debe enfocarse en el mundo profesional al logro de resultados para: la propia organización, resto de empleados, clientes, proveedores, socios y sociedad en la que convivimos.
Por compromiso podemos entender al que es capaz de destinar los recursos necesarios para alcanzar una meta en un determinado período de tiempo, y es consecuente con ello, con su propósito o compromiso. Ahí no vale el hoy si y mañana quizás.
En la vida tomamos decisiones a cada momento y ello implica que para hacer o acceder a algo, seguramente debemos renunciar a algo, aunque sea tiempo o descanso por ejemplo. Si deseo estudiar deberé destinar tiempo a ello y reducir mi tiempo de ocio o de otras actividades. Ello es compromiso.
En la empresa sucede exactamente, no podemos acceder a todo ya que los recursos, tanto materiales como humanos (o las propias instalaciones) no son infinitas, por ello al tomar una decisión en un sentido o en un proyecto, indirectamente estamos evitando o renunciando a otros proyectos que se consideran menos prioritarios.
El compromiso es un reto que además tiene un factor ético consigo mismo, y muchas veces hay que aprender a tomar decisiones, a renunciar y a ser consecuentes con ello. No es fácil, pero la experiencia y el equipo pueden que este tipo de decisiones sean mas fáciles de tomar y a su vez más comprometidas con el resto de la organización.
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