Acabo de leer un artículo del Profesor de IESE Business School Jaume Llopis en el que plantea la revisión del presupuesto y el plan de tesorería de las empresas y sobre el que me permito hacer algunas reflexiones que tienen vinculación directa con la estrategia.
El presupuesto y en su defecto el plan de tesorería emana de la estrategia corporativa, por ejemplo, podemos determinar que la estrategia de un período determinado es el crecimiento priorizando las ventas versus el margen. Con ello generaremos un efecto sobre la tesorería que deberemos tener en cuenta. Cuando hablamos de tesorería claramente nos referimos en este caso al flujo directamente relacionado de los ingresos de las ventas y sus costes asociados (sin entrar en mayores detalles).
Como sabemos todo crecimiento debe financiarse, ya que habitualmente entre las compras y su pago, y las ventas y su cobro hay un período de tiempo que toda empresa debe tener en cuenta y adaptar su circulante a cada momento.
Es en épocas de crecimiento o recesión (en estos momentos estamos afectados por la crisis global del coronavirus) cuando tiene mayor importancia el concepto de tesorería, ya que debemos atender a una serie de compromisos mientras los flujos de entrada del dinero son inciertos, pueden planificarse pero no siempre coinciden con las necesidades temporales y en el caso de recesión o crisis con una bajada notable de facturación y en consecuencia de ingresos disponer de un buen apalancamiento financiero, y si puede ser propio, es de capital importancia para afrontarlas con tranquilidad y garantizar la continuidad de la organización sin demasiados traumas.
Solemos decir que de las crisis salimos más reforzados. Hasta cierto punto es cierto y seguramente unos mas que otros, pero no debemos olvidar los costes asociados a cualquier crisis, tanto económicas como sociales, es por ello que prevenirlas, o al menos reducir su impacto mediante una capacidad de disponibilidad de tesorería nos permite afrontarlas con mayores garantías. De la misma manera podemos hablar de la capacidad de endeudamiento, que con menores o mayores garantías y avales, permitirá superar estos períodos con menores tensiones.
Con todo ello, para generar un buen nivel de tesorería, una parte debe ser generada por la propia rentabilidad de la empresa, que a la larga es garantía de futuro de sostenibilidad y crecimiento.
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