Siempre que hablamos de estrategia nos viene a la cabeza largas reuniones de pensar en cómo nos gustaría que la organización fuera en un determinado plazo, un año, tres años, …..
Estas reuniones son a menudo aburridas e interminables, dando reiteradas vueltas a pensamientos o propuestas que en la mayoría de veces con pura imaginación, o bien copiadas literalmente de la competencia ante la falta de ideas y de visión estratégica tanto a medio como a largo plazo.
Ante ello, y para mejorar el desarrollo de este tipo de reuniones, hay dos ingredientes clave que nos van a ayudar a resolver esta tendencia: ACTITUD y ACCIÓN
Cuando hablamos de ACTITUD nos referimos a todos los comportamientos y actividades que realizamos para sumar en la obtención del fin que deseamos alcanzar, en este caso, aportaciones sobre la definición de nuestra estrategia. Para ello vamos a necesitar: optimismo, creatividad, imaginación, así como un larga lista de términos de positivismo e ilusión, eliminando cualquier pensamiento y razonamiento negativo y contrario al resto de ideas del equipo que nos acompañe.
Así mismo, la ACCIÓN nos ayudará a concretar y llevar a buen puerto dichas ideas. Todos recordamos y hemos vivido circunstancias en las que después de un buen ejercicio de identificación y selección de ideas y propuestas, quedan en un cajón o una carpeta en la estantería y que a las pocas semanas están llenas de polvo. Acción y determinación para encajarlas en el equipo y desarrollarlas según lo planificado.
ACTITUD y ACCIÓN nos ayudarán a implementar los planes de acción y alcanzar nuestras metas estratégicas. No olvidemos que una parte importante para su éxito es el equipo, del que hemos hablado en anteriores ocasiones y con probabilidad volveremos a retomar en otro post debido a su importancia.
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