Como cada final de año nos encontramos con la situación de: 1. hacer recuento de los principales hitos del ejercicio que está a punto de finalizar y 2. hacer la declaración de intenciones para el próximo año (más y mejor).
Hasta aquí nada nuevo, año tras año, unos mejores y otros no tanto, vamos superando las distintas etapas, que nos han llevado a la situación actual.
Una de las preguntas que nos podemos hacer es: ¿Estamos en el sitio que estamos por méritos propios ? Si la respuesta es afirmativa, adelante, felicidades y a seguir sumando.
En caso negativo, como sucede en muchas ocasiones principalmente en la pequeña y mediana empresa, donde los avatares del mercado inciden con fuerza y afectan en gran medida a nuestra capacidad de realización y de obtención de resultados, debemos empezar a tomar medidas. Medidas para medir, analizar y corregir todo aquello que no esté alineado con nuestra estrategia. Es ahí donde nos damos cuenta de la importancia de la estrategia.
Final de año, buenas intenciones.
Intenciones que debemos reflejar en nuestro cuaderno de a bordo, en nuestro Business Plan, para que sirva de guía, podamos medir nuestro grado de acierto y/o desviación, analicemos cada una de las distintas situaciones (sin entrar en la parálisis por el análisis) y decidir, decidir en base a la información disponible. La importancia de la toma de decisiones es vital, hay decisiones que no pueden esperar, que se deben poner en práctica de manera inmediata.
Sólo me queda desear que el próximo sea un año Mejor, en el que tomemos decisiones acertadas y alcancemos nuestros propósitos.
El primer paso nos acerca al objetivo, no nos quedemos con la intención.
To tenga miedo a tomar decisiones, tenga miedo a no tomarlas.

Un Plan sin una Meta es una Intención
Responder