Cuando hablamos de valor de empresa, no cotizada o pyme, nos surgen diferentes valores a tener en cuenta y que en función del ciclo de la empresa podemos considerar en cada momento.
Valoraciones técnicas o emocionales, basadas en valores pasados o estimados en el futuro, al final cada propietario debe considerar sus propios criterios y adaptarlos en función de sus requerimientos y de la evolución del mercado. Pero no vamos a entrar en ello que correspondería más a aspectos económicos-financieros y a tendencias de mercado.
En esta ocasión vamos a afrontar en concepto del valor de la empresa como estrategia de crecimiento, esto es, como enfocamos nuestra estrategia para que, en base a determinados criterios preestablecidos, vayamos aumentando significativamente y de manera periódica el valor de nuestra compañía.
No importa tanto el momento «vital» de la empresa ya que el ejercicio es analizar la situación actual y en base a determinados criterios de mercado, realizar distintas proyecciones para ver como afecta al valor futuro.
Para ello realizaremos una fotografía de diversos aspectos como son: económicos, financieros, comerciales, marketing y marca, operaciones, canales de distribución, calidad, riesgos, clientes, proveedores, inventarios, (y otros en función del sector y tamaño). Para, acto seguido, en base a información de mercado y sus tendencias, ver como afectaría cada concepto a una variación del valor de la compañía, en aspectos significativamente importantes como por ejemplo al volumen de facturación y su resultado.
Una vez establecidos los criterios por los que consideramos adecuado el valor estimado final, debemos alinear nuestra estrategia con los criterios básicos identificados para pasar del estado actual a la situación futura definida.
El resto, se trata de: 1 – dotar de los recursos adecuados para alcanzar las distintas metas, 2 – realizar seguimiento periódico del cumplimiento de objetivos, y 3 – corregir las pequeñas desviaciones que se puedan acontecer adaptándolas a los nuevos entornos.
El proceso, que requiere dedicación, esfuerzo y compromiso, es gratamente satisfactorio, ya que ayuda a alcanzar grandes resultados, obteniendo aquellos objetivos que a priori podrían parecer muy lejanos y un tanto imposibles.
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